Comprar un coche eléctrico: las dudas más frecuentes y sus respuestas

El coche eléctrico se abre camino poco a poco en la estadística de ventas de automóviles. Os ofrecemos un decálogo con las respuestas a las dudas más frecuentes que se plantean al pensar en comprar un coche eléctrico.
Las ventas de coches eléctricos en España son escasas: apenas un 5,6 % en el año 2024. Y aunque poco a poco se van haciendo un hueco, todavía hay muchas dudas sobre ellos. Desde su precio a dónde recargarlo o cuánto se deprecian. Con este decálogo os resolvemos las principales dudas.   

Coste de adquisición de un coche eléctrico

La compra de un coche eléctrico suele resultar más cara que su equivalente (por potencia y nivel de acabado) con motor térmico. Por ejemplo, los coches más económicos hoy a la venta en España son de la misma marca: Dacia. El modelo Sandero, con motor gasolina adaptado para gas GLP y 100 CV de potencia, cuesta un 26 % menos que el más barato de los eléctricos: el modelo Dacia Spring con 45 CV.

Sin embargo, algunas marcas están comenzando a equiparar el precio de algunas versiones eléctricas. Otro ejemplo: en el nuevo Opel Frontera tan solo hay un 6,5 % de diferencia de precio entre el eléctrico y el gasolina más económica. Y apenas 3 CV. En todo caso, al adquirir un coche eléctrico hay que mirar más allá del precio inicial: hay que tener en cuenta el coste total de propiedad: precio de la energía, seguro, ventajas fiscales, mantenimiento, y depreciación.

 

Ayudas vigentes a la compra de un coche eléctrico

Hoy en España existen diversas ayudas y subvenciones a nivel estatal y regional para fomentar la compra de coches eléctricos. Con el llamado Plan Moves III, los vehículos eléctricos tienen una subvención pública de hasta 7.000 euros si hay achatarramiento de un vehículo antiguo. La cantidad se rebaja a 4.500 euros si no se da de baja ningún coche. Eso sí, hay que tener en cuenta que el precio del vehículo no debe superar los 45.000 euros sin IVA (o 54.450 para vehículos de 8 o 9 plazas).

Además de estas ayudas, también existe a nivel estatal una deducción en el IRPF del 15 % del importe de adquisición del vehículo eléctrico. El límite máximo de la base de la deducción es de 20.000 euros, con lo que el ahorro máximo en la declaración de la Renta será de 3.000 euros. Una deducción que es aplicable tanto a la compra de vehículos eléctricos nuevos o usados.

Por último, el comprador puede acogerse a los llamados Certificados de Ahorro Energético (CAE) que ya tienen en marcha algunas marcas de coches y respaldada por el Ministerio para la Transición Ecológica. Gracias a este programa, el comprador puede beneficiarse de una ayuda directa de 1.000 euros al comprar su vehículo eléctrico y es compatible con las ayudas del Plan MOVES III y las deducciones en el IRPF.

 

Coste de mantenimiento de un coche eléctrico

Los coches eléctricos pasan menos por el taller. De hecho, casi todos los modelos tienen un plan de mantenimiento bienal: tienen menos componentes mecánicos, menos partes móviles y, también, menos líquidos para reponer. Según algunos estudios, el coste medio anual de mantenimiento de un coche eléctrico ronda los 180 euros frente a un poco más de 300 euros de los coches de gasolina.

El gran peligro, por su elevado coste, es que la batería de alta tensión falle y deba reemplazarse. Es algo muy poco habitual y, además, la mayoría de las marcas ofrecen una garantía adicional para este componente de hasta 8 años.

 

¿Cuánto tiempo y dinero cuesta recargar un eléctrico?

Los costes de carga suelen ser inferiores a los del combustible, aunque varían en función de las tarifas aplicadas por los operadores. Estas tienen en cuenta la hora de la recarga y, sobre todo el tipo de conexión: si es de corriente continua o alterna y la potencia de salida.

En los llamados cargadores “lentos”, de corriente alterna y hasta 22 kW de potencia, el precio medio suele estar en entre 0,20 € y 0,30 €/kWh. Por su parte en las tomas “ultrarrápidas”, con más de 100 kW de potencia, el precio puede alcanzar los 0,80 €/kWh o más.

Respecto a cuánto se tarda en llenar la batería, la respuesta es “depende”. El tiempo de carga puede estimarse dividiendo la capacidad de la batería por la potencia de carga disponible. Esa es la teoría, y hay que suponer que la infraestructura es capaz de entregar la máxima potencia soportada por el vehículo. Una batería de 50 kWh podría cargarse completamente en 30 minutos a 100 kW y en 20 minutos a 150 kW. Pero en la práctica, la carga depende de otras variables: la temperatura de la batería o el porcentaje de carga restante. Por ejemplo, para un coche promedio con una autonomía de unos 450 km, capaz de cargar a 150 kW en corriente continua, es posible alcanzar del 20 % al 80 % de la carga en unos 20-25 minutos. Además, hay que tener en cuenta que una batería no se carga a la misma velocidad todo el tiempo: a partir del 80 %, cuesta mucho más cargar, o cuando está casi a cero. Así que, lo más rápido suele ser, por ejemplo, parar dos veces para cargar un 45 % de la capacidad, que hacer una recarga del 90 %.

 

Puntos de recarga en España

En España, según los datos del Barómetro de la Electromovilidad publicado por ANFAC, la patronal española de los fabricantes de coches, correspondiente al cierre del año 2024, el número de puntos de recarga de acceso público se incrementó un 32 %, alcanzando un total de 38.725 puntos operativos. Además, a estos puntos operativos hay otros 11.446 puntos de recarga instalados pero que, por diversas razones, no funcionaban al acabar 2024. Una cifra que implica que un 22,8 % del total de la infraestructura instalada en España no prestaba servicio. En el caso de estar operativos todos los puntos, en España habría 50.171 tomas donde cargar coches eléctricos.

 

¿Cuál es la autonomía de un coche eléctrico?

Este es un aspecto que muchos conductores consideran básico a la hora de plantearse la compra de un coche eléctrico. La decisión debe tomarse evaluando las necesidades de cada uno: no es lo mismo comprar un eléctrico para usarlo solo en ciudad que como coche único, lo que incluye largos desplazamientos.

Un estudio de 2022 del Departamento de Energía de Estados Unidos, referido a 46.000 vehículos a la venta en 17 países, reveló que el 86 % de los coches eléctricos del mercado cubren más del 98 % de los viajes en Europa sin necesidad de recarga. También se observó un aumento de la autonomía media: de 211 km en 2015 a 350 km en 2021.

Otras de las conclusiones del estudio es que, a menudo, se subestima la autonomía de los coches eléctricos. Para uso urbano, un vehículo con una autonomía de 200 a 300 kilómetros será suficiente. Si se planea viajar con él, hoy hay vehículos eléctricos, incluso de marcas generalistas, que superan los 600 kilómetros entre recargas.

 

¿Son seguros los coches eléctricos?

Uno de los mantras de quienes no están a favor de los coches eléctricos es que se incendian con facilidad. Los datos desmienten esta creencia. Aunque, como en todo, hay matices. Es cierto que, en determinadas circunstancias, apagar una batería de un coche eléctrico puede resultar dificultoso. Pero más allá del mito, en un estudio de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) y Faconauto, la patronal de los concesionarios, se reafirma que el agua es efectiva contra incendios en los coches eléctricos. Además, los bomberos están formados y equipados para intervenir en esos casos.

Y hay que tener en cuenta que los coches tienen las baterías bajo control total, ya que están monitorizadas las 24 horas. Además, tecnologías como las baterías LFP (litio-hierro-fosfato), que cada vez incluyen más coches, reducen aún más el riesgo de incendio.

Eso sí: hay que tomar algunas medidas básicas. Por ejemplo, si se recarga en casa, el punto de recarga ha de ser instalado por profesionales cualificados, ya que, ante cualquier anomalía, el sistema interrumpe el flujo eléctrico de forma automática. Así que nada de usar enchufes domésticos (tipo schuko) durante horas: puede ser peligroso ya que se sobrecalientan al no estar preparados para semejantes exigencias.

 

Cómo se conduce un eléctrico 

Los coches eléctricos se conducen de forma diferente a uno con motor térmico. Para empezar, no hay caja de cambios. Solo hay marcha adelante y marcha atrás. Otra diferencia es que la entrega de potencia es instantánea, con lo que aceleran mucho más que uno con motor térmico de idéntica potencia. Son, además, muy silenciosos porque su motor apenas emite sonido; es más, por ley, el coche debe emitir un sonido específico a baja velocidad para avisar a los peatones de su presencia.

 

¿Qué impacto ambiental tiene un coche eléctrico?

Para evaluar el impacto ambiental de un vehículo resulta fundamental considerar todo el ciclo de vida, desde que se fabrica hasta que se achatarra. Según datos de Motus-E, los coches eléctricos emiten menos CO₂ en todo el ciclo que los de gasolina, a pesar de su mayor emisión al fabricarlos. En Europa, los coches eléctricos emiten entre 10 y 21 toneladas, mientras que los de combustión interna emiten al menos 44 toneladas. De media, un coche eléctrico emite un 60 % menos de CO₂ que uno de gasolina, aunque la reducción, en el caso de Europa, llega hasta el 77 %. Este porcentaje varía por países en función, por ejemplo, de cómo esté generada la electricidad.

 

Depreciación y valor de venta de un coche eléctrico

El mercado de los coches eléctricos está en rápida evolución y los precios de reventa pueden fluctuar. En todo caso, la depreciación media de un coche eléctrico en España después de tres años de uso y 45.000 kilómetros recorridos es del 50 %, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Este valor puede variar ligeramente dependiendo del modelo y las condiciones del vehículo. En ese mismo informe se concluye que, en el caso de los coches con motor diésel, estos retienen un 67,6 % de su valor después de tres años. Por su parte, los de gasolina tan solo pierden un 33 % de su valor en tres años.

El rápido avance de la tecnología eléctrica es una ventaja para los usuarios, que cada vez tienen coches mejores, pero es una desventaja para quienes ya tienen uno porque la evolución tecnológica afecta al valor de reventa según se va quedando obsoleta la tecnología, causando una depreciación más rápida.

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