Comprar coche: a los españoles nos importa más el precio que la seguridad

El precio siempre ha sido el primer factor de compra de un coche, y si nos dan a elegir entre ahorrar o viajar más seguros, los españoles optamos por lo primero.Analizamos las razones de esta tendencia, tan preocupante y… lógica.

La tendencia es tan clara como preocupante: la mayoría de los españoles damos prioridad al ahorro sobre la seguridad en el momento de adquirir, y mantener,nuestros coches. Una decisión motivada por razones estrictamente económicas, pero que tiene también implicaciones directas y significativas para la seguridad vial.

Pero antes de hablar de seguridad vial, unos cuantos datos económicos del entorno actual. En primer lugar, los sueldos. Desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que el salario bruto medio anual en España durante el año 2024 fue de 27.558 euros. Sin embargo, el salario mediano –el que divide a la población en dos: la mitad gana más y, la otra mitad, menos– fue para el conjunto de ese mismo año de 23.350euros brutos.

Por otro lado, según datos de la Agencia Tributaria, dependiente del Ministerio de Hacienda, el precio medio del coche nuevo matriculado en España durante el año pasado superó por poco los 23.000 euros. Además, la tarifa media de los 10 coches más vendidos en 2024 fue de 23.997 euros, nada menos que un 68 % más que en 2014.

Con estos datos resulta lógico que más consumidores se muevan hacia el mercado de segunda mano. Este aumento de la demanda de vehículos usados, a su vez, impulsa al alza los precios, con un desembolso medio de 19.900 euros por vehículo en 2024,según la asociación de vendedores GANVAM (1.000 euros más que en 2023). Además, este precio medio se consigue gracias a los coches de más de 15 años de antigüedad –mucho menos eficientes en consumo y, sobre todo, con inferiores medidas de seguridad– que costaron en 2024 una media de 5.800 euros frente a los 4.200 euros del ejercicio 2023.

Este ciclo alcista crea una espiral en la que el aumento de precios en ambos mercadosdificulta cada vez más la adquisición de un vehículo. Y una de las consecuencias es que, cuando nos planteamos cambiar de coche, lo más habitual es optar por un menor precio frente a un mayor, y más caro, equipamiento de seguridad.

¿Gastar en seguridad al comprar un coche? No, hay que ahorrar

Es una tendencia que se plasma en el estudio “¿Ahorro o seguridad? Así deciden los conductores a la hora de comprar y mantener su vehículo, realizado por Fundación CEA. Los resultados son contundentes: el 95 % de los automovilistas españoles pone el ahorro por encima de la seguridad de su vehículo. Y lo que parece peor: solo un escaso 3 % de los encuestados considera la seguridad como el factor principal por encima del precio en el momento de adquirir un vehículo. Quizá porque el desembolso económico no les representa problema o esfuerzo extra alguno.

Pero dar prioridad al ahorro no solo se traduce en dejar la seguridad en un segundo plano al comprar un coche. También tiene su reflejo en otros comportamientos que afectan directamente a la seguridad. Por ejemplo, la mitad de los conductores españoles ha pospuesto reparaciones consideradas importantes debido a motivos económicos. Una prórroga que puede comprometer la seguridad del vehículo a medio y largo plazo.

Pero es que, además, algo más del 80 % de los conductores reconoce que ha optado por pólizas de seguros más económicas, incluso a sabiendas de que estas ofrecen una menor cobertura. Una decisión que, si bien reduce el gasto inmediato, expone a los conductores a riesgos como limitar el acceso a servicios de reparación de calidad, al no cubrir la póliza los daños propios, en comparación a las pólizas a todo riesgo en las que se seleccionan talleres oficiales o de calidad contrastada equivalente. Pues si este gasto no está cubierto, el conductor suele buscar el taller más barato.

Otro aspecto muy interesante, y crítico en términos de seguridad vial, es que el 79 % de los conductores encuestados admite haber adquirido marcas de neumáticos «de bajo coste«. Y ello a pesar de que la mayoría reconoce la importancia de no escatimar en este recambio, el único que une el vehículo al pavimiento y que resulta esencial para mantener su estabilidad, la tracción y una distancia de frenado óptima.

Finalmente, el estudio de Fundación CEA revela que la mayoría de los conductores solo acude al taller cuando es «estrictamente necesario». Además, la mitad de los preguntados reconoce que acude al reparador más económico, menos del 20 % utilizaun servicio oficial y casi el 80 % opta por piezas de menor coste en lugar de las recomendadas por el fabricante.

Coches más antiguos y menos seguros

Unos hábitos que crean un efecto negativo acumulativo: los vehículos circulantes, cada vez más antiguos (15,1 años en 2024, según ANFAC), se vuelven progresivamente menos seguros. Y esto aumenta el riesgo de accidentes y su gravedad para todos los usuarios de la vía. Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) lo corroboran y muestran un aumento de vehículos sin ITV vigente implicados en accidentes con víctimas mortales.

Asimismo, desde la DGT han establecido una clara correlación entre la antigüedad delos vehículos y la gravedad de los siniestros viales en que están implicados. Según sus estudios, el riesgo de fallecer o sufrir una lesión que requiera hospitalización es 1,6 veces mayor en turismos con entre 10 y 14 años de antigüedad en comparación con vehículos que tengan 4 o menos años. Y este riesgo se eleva hasta 2,2 veces en aquellos coches que lleven entre 15 y 19 años circulando.

Desde la DGT se insiste en esta relación entre la antigüedad del vehículo y la gravedad de las consecuencias en los accidentes de tráfico. Una situación que resulta en un verdadero desafío –o paradoja– para las políticas públicas: una racionalidad económica individual de los consumidores, empujados por el ahorro, puede desembocar en una irracionalidad colectiva al aumentarse el riesgo en las carreteras. Así que desde la DGT siempre se han mostrado a favor de los planes de incentivos públicos que impliquen la adquisición de coches nuevos y la retirada de las carreteras de los más antiguos.

El ahorro, también tendencia en el resto de Europa

La priorización del precio en la compra de vehículos no es un fenómeno exclusivo de España. Por ejemplo, el Estudio Europa de Automoción 2025, realizado por el Observatorio Cetelem, ha analizado las prioridades de conductores menores de 30 años en diez países europeos, entre ellos España.

Este estudio revela que el precio es la prioridad principal para el 50 % de los jóvenes conductores encuestados y, tras él, la seguridad (32 %) y el coste de uso (23 %). Unos porcentajes que, aunque no alcanzan el 95 % observado en la población general española, indican que la priorización del precio es una tendencia común en Europa.

Esto sugiere que las presiones económicas subyacentes son compartidas en todo el Viejo Continente y no son una anomalía española. El estudio de Cetelem también indica que el primer coche por el que optan seis de cada diez jóvenes europeos es de ocasión. El precio medio del primer coche de los jóvenes europeos, incluidos los adquiridos nuevos, es de 13.985 euros. Una tarifa en la que no podemos encontrar grandes despliegues de sistemas de seguridad y solo los elementos obligatorios: desde el ABS al control electrónico de estabilidad, entre otros, pero no las más recientes ayudas a la conducción (ADAS) como el asistente de velocidad inteligente, el de mantenimiento de carril, el de frenado de emergencia automático y la alerta de cambio involuntario de carril, a menos que los coches de ocasión tengan menos de tres o cuatro años de antigüedad, en cuyo caso, una vez más tendremos delante el hándicap del precio elevado.

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